domingo, 6 de enero de 2019

ERYTHROMMA VIRIDULUM


Cuando ando entre la vegetación en primavera y verano tengo la costumbre de mirarme los pantalones por si recojo alguna caparra. Ese día de agostos acababa de salir el sol mientras buscaba algún bichico (que no fueran caparras) entre la vegetación cuando me miré el pantalón y lo que llevaba pegado era este precioso caballito del diablo todavía aterido de frío; lo recogí con la mano depositándolo sobre las flores de una zanahoria silvestre y se dejó fotografiar sin ningún problema.
180 mm; 1/13; f/8; ISO 100; trípode y cable disparador.


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