Nos hablaron de los campos de lavanda de Brihuega y fuimos a verlos. Mereció la pena. (También el bocata de boquerones al ajillo con el que algunos cenamos).
Primer
acercamiento desde la carretera
Nos
vamos metiendo en materia
La
expedición a falta del cámara
Comienza
a declinar el sol
Apuramos hasta el último rayo
A la
espalda todavía ilumina algo el sol y lo aprovechamos