Había
ido a hacer unas pruebas de agua en movimiento y cuando volvía de recogida vi
este nogal solitario y, lógicamente en invierno, sin hojas. Me pareció que
podía salir una imagen algo dramática en la hora azul así que puse manos a la
obra.
Tirando
fotos aprecié un ligero resplandor en el horizonte. Enseguida se coló una
invitada inesperada: la Luna llena.
Canon
EOS 1100D, 23 mm, 5”, f/22, ISO 100
Canon
EOS 1100D, 37 mm, 2”, f/22, ISO 100
Canon
EOS 1100D, 23 mm, 1,6”, f/10, ISO 200
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